Deja ir
Deja que me vaya como despacito
Por los pies, por las manos
Por el corazón
Sacudiendo las alas
Las ideas
Deja ir y seguro mas adelante
Te atrapo, te atrapo, te atrapo
Y a lo mejor podamos conversar amistosamente
Con mas ganas, sin trabas, sin tanto pre-concepto
Y si el viento una vez mas nos juega en contra?
Y arrastra nuestros cuerpos y une
Nuestras pieles como imanes
Dejemos que pase, que pase
y Digámosle que nos deje ir
como despacito
Por el pelo, por el vientre
Por los pies
Por las manos
Por las manos
sábado, 24 de diciembre de 2011
sábado, 12 de febrero de 2011
Personaje clasico
Su caballera no es mas color luminoso, rubio, blonda seda. Hoy, es pelirroja. Lo que si, sigue siendo largo, hace un mes decidió ir a la peluquería y recortárselo hasta la altura de los talones de Aquiles. Dando brincos como cuando a una mariposa le es cortada sus alas toma una colita y se hace un rodete.
Se siente libre de vivir en una casa en planta baja. Las alturas le aterran, le generan claustrofobia, le traen malos recuerdos. Antes de salir se asegura de haber guardado las zapatillas de ballet en el bolso. Es profesora de danza clásica del Teatro Argentino. Todos al verla entrar la saludan como si fuese una doncella. Sus alumnas la esperan en el salón del segundo subsuelo. Se hace llamar Martita, sus viejos colegas saben que no es su verdadero nombre. Nadie creería que tiene más de sesenta y cinco años y que a los 18 fue rescatada del último piso de una torre por un príncipe. Hoy, vendría a ser algo así como un bombero de estos tiempos.
Suele pararse de puntitas en sousou- plie-sousou-plie relevé . Camina al compás del Claro de Luna de Debussy y aunque no lo acepte muchos creemos que Rapunsel todavía en el Siglo XXI espera a que la vengan a buscar a Caballo.
Se siente libre de vivir en una casa en planta baja. Las alturas le aterran, le generan claustrofobia, le traen malos recuerdos. Antes de salir se asegura de haber guardado las zapatillas de ballet en el bolso. Es profesora de danza clásica del Teatro Argentino. Todos al verla entrar la saludan como si fuese una doncella. Sus alumnas la esperan en el salón del segundo subsuelo. Se hace llamar Martita, sus viejos colegas saben que no es su verdadero nombre. Nadie creería que tiene más de sesenta y cinco años y que a los 18 fue rescatada del último piso de una torre por un príncipe. Hoy, vendría a ser algo así como un bombero de estos tiempos.
Suele pararse de puntitas en sousou- plie-sousou-plie relevé . Camina al compás del Claro de Luna de Debussy y aunque no lo acepte muchos creemos que Rapunsel todavía en el Siglo XXI espera a que la vengan a buscar a Caballo.
sábado, 15 de enero de 2011
Por un riachuelo-Apus anaranjados
La tierra anaranjada de las montañas quemaba las pieles
entregadas al camino.
La tarde silenciosa y
Susurros de fondo coloreaban el paisaje.
Se encontraban Rocío y Juan charlando
con los pies sumergidos en el Agua.
Sus traseros reposaban en rocas
A unos metros, recién llegados Jerome y yo tocábamos tímidamente
La tierra mojada justo a la altura de la Garganta del Diablo.
Ya no sabíamos si era esa arcilla perfecta la que nos mecía y acariciaba
Una y otra vez y se amoldaba a nuestros cuerpos secos, o si en realidad era solo
A mi a la que le Inspiraba y aterraba escucharlo decir, sentir, trasmitir tan a corazón abierto.
A ese ser de mundo totalmente ajeno al mío, con el que ensayé mi francés olvidado y al que
por azar vestía anaranjadamente no como el sol sino como la ultima pieza hallada del valle Calchaquí.
entregadas al camino.
La tarde silenciosa y
Susurros de fondo coloreaban el paisaje.
Se encontraban Rocío y Juan charlando
con los pies sumergidos en el Agua.
Sus traseros reposaban en rocas
A unos metros, recién llegados Jerome y yo tocábamos tímidamente
La tierra mojada justo a la altura de la Garganta del Diablo.
Ya no sabíamos si era esa arcilla perfecta la que nos mecía y acariciaba
Una y otra vez y se amoldaba a nuestros cuerpos secos, o si en realidad era solo
A mi a la que le Inspiraba y aterraba escucharlo decir, sentir, trasmitir tan a corazón abierto.
A ese ser de mundo totalmente ajeno al mío, con el que ensayé mi francés olvidado y al que
por azar vestía anaranjadamente no como el sol sino como la ultima pieza hallada del valle Calchaquí.
Todo por Amaicha del Valle
Se me ha quedado, se me han quedado marcado los pasos
De la chacarera endiablada que danzamos en la fiesta de
Los Gauchos de Amaicha del Valle.
Se me ha quedado en los brazos alzados,
en los dedos, en la cintura
y en el recuerdo De la antropóloga misteriosa
que lo bailo con un gaucho borracho
el cual me cedió para que yo aprendiera esa danza inclinada.
Se me ha quedado, se me han quedado espinas en los pies arqueados,
En el maltrato injusto de la Doma de Caballos, en las risas jolgoricas,
Se me han grabado los pasos chacareros no aprendidos
pero bien gozados señores!!.
Se me ha quedado en la mirada interna la cascada del Remate,
la llegada de los caminos, las paradas de mano con Ezequiel y Ro,
la cercanía Ancestral de este lugar, Amaicha. Por eso Te comento que ayer
bailando en una fiesta con sebastian me di cuenta que estas en mis adentros.
De la chacarera endiablada que danzamos en la fiesta de
Los Gauchos de Amaicha del Valle.
Se me ha quedado en los brazos alzados,
en los dedos, en la cintura
y en el recuerdo De la antropóloga misteriosa
que lo bailo con un gaucho borracho
el cual me cedió para que yo aprendiera esa danza inclinada.
Se me ha quedado, se me han quedado espinas en los pies arqueados,
En el maltrato injusto de la Doma de Caballos, en las risas jolgoricas,
Se me han grabado los pasos chacareros no aprendidos
pero bien gozados señores!!.
Se me ha quedado en la mirada interna la cascada del Remate,
la llegada de los caminos, las paradas de mano con Ezequiel y Ro,
la cercanía Ancestral de este lugar, Amaicha. Por eso Te comento que ayer
bailando en una fiesta con sebastian me di cuenta que estas en mis adentros.
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